En ocasiones se producen bloqueos en la comunicación familiar, produciendo un aislamiento y desconexión profunda. Esta desconexión se puede vivir como una seria amenaza que justifica actitudes manipulativas y de control, recortando la autonomía de otros. Las relaciones entre ellos ya no aportan cobijo y energía para crecer. Se vive a los otros como obstáculos, no como recursos.
La
terapia familiar proporciona un espacio para que todos los miembros
familiares puedan expresar su opinión y sentimientos en relación al
problema que les ha llevado a terapia. Además, brinda la
oportunidad de ver qué expectativas tiene cada uno del otro y hacia
dónde quiere caminar cada uno, para ver si entre todos pueden
encontrar una solución adecuada.
“Ningún éxito en la vida compensa el fracaso en nuestro hogar”.