La
pareja como toda relación, hay que cuidarla día a día, como una
planta que se marchita si no se cuida.
Es un vínculo que se genera en un momento determinado de la vida y que tiene su propio ciclo. Los acontecimientos que vivimos (estrés, existencia o ausencia de hijos, relaciones con las familias de origen...) Repercuten en que podamos sentir que la pareja es ese espacio para crecer o es el 'ring' en el que se debate nuestra existencia.
Ante estos desafíos, la comunicación (lo que cada uno espera del otro y lo que se comparte), a veces se resiente y no siempre se tiene la sensación de que compense todo el esfuerzo y el amor puesto en esa relación.
La terapia nos ayuda a saber qué nos está pasando en la pareja, cómo contribuimos cada uno a la génesis y mantenimiento del problema, donde está la solidez del vínculo, sus debilidades y fortalezas, qué esperamos realmente del otro y por qué nos perturba tanto cuando las cosas no van bien.
La terapia de pareja permite escuchar y expresar con el otro, en un contexto en el que el terapeuta nos acompaña, y las conversaciones empiezan a tomar otro rumbo.
Asimismo, permite entender y apoyar emocionalmente al otro miembro de la pareja.
“Te amo y no sabes cuánto, pero no preguntes cómo”.
