Reiki (Energía Universal) es un medio natural de sanación. Proporciona vitalidad y ayuda a restablecer cualquier desequilibrio energético, además de tener un efecto muy relajante. Es una energía sutil, por tanto, trabaja durante el tratamiento y días después.
Es compatible y complementario a cualquier otro tipo de tratamiento médico, disminuyendo los efectos secundarios, reduciendo el dolor y acelerando el proceso de curación. De hecho, se aplica sinérgicamente en Unidades de Oncología y del Dolor de hospitales.
Está contraindicado en personas con marcapasos, roturas de huesos, fracturas abiertas y durante intervención quirúrgica.
La sala de reiki está acondicionada con música relajante y luz tenue. El terapeuta le ofrece al paciente tumbarse en una camilla de masajes y taparle con una manta liviana. Le invita a relajarse cerrando los ojos y así recibir energía durante 50 minutos aproximadamente.
Es recomendable ser constante y tener una frecuencia semanal.