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Publicado: 9 de Mayo de 2023
En muchas ocasiones las personas al elegir pareja muerden el mismo anzuelo una y otra vez. Y lo hacen porque el anzuelo brilla y ya sabéis que el brilli brilli resulta muy atractivo.
Sin embargo, el brilli brilli es efímero y desaparece con el tiempo, pero si se elige desde el corazón es otra cosa diferente, porque se quiere a la persona por lo que es no por lo que hace.
Como en el mundo actual se hace mucho énfasis al mundo de las apariencias y del qué dirán, hay muchas personas que son como peces que muerden frecuentemente el mismo anzuelo con anchoa o lombriz y brillo (buena carrera, estatus socioeconómico, buen cuerpo, delgadez, belleza, popularidad, buenos pectorales, etc…) y el brilli brilli a nadie amarga, pero sí no está acompañado del corazón y no te gusta la anchoa o lombriz que viene con el brillo del anzuelo, al final se sienten vacíos en su elección.
Cuando en realidad, si se elige por amor al ser de esa persona, suele ir mejor.
Casarse con unos buenos pectorales, un bellezón o una billetera llena puede tener sus alicientes, pero sólo son alicientes, no es el real deal.
Otras personas se dejan convertir en anzuelo (desarrollar unos gran pecs para gustar, ganar mucho dinero para lucirlo…), haciendo que las personas que se acerquen lo hagan por la apariencia, dinero no por el ser de esa persona.
Con eso no significa que uno no pueda querer tener un buen tipo, o que tener dinero sea malo, pero hay que ser consciente de la intención con la que se hace, y no olvidarse que lo que importa es tu esencia. Y si la disfrazas de brilli brilli, atraerás muchas personas que les guste el brilli brilli
pero será más difícil saber si les gustas por el brillo o por tu verdadero ser.